Durante 271 años, la Conjetura Débil de Goldbach permaneció como un misterio para los matemáticos... hasta que apareció un peruano, Harald Helfgott Seier, y demostró hace pocos meses que este problema de la Teoría de los Números sí se puede resolver. Pero ¿quién es este joven de 35 años considerado ayer por el Ministerio de Educación como Embajador de los Aprendizajes?
Helfgott, vestido formalmente, se encuentra la mañana del martes en un auditorio de la Cámara de Comercio de Lima, explicando en menos de dos horas cómo resolvió la Conjetura Débil de Goldbach. "Resolverlo es un hito en la historia de la matemática a la que queríamos llegar. Si bien hubo antecesores que trabajaron para esto, mi contribución es en el refinamiento de métodos de solución de este problema", resalta en una pausa.
De pie, al lado de una pizarra en la que escribe indescrifrables símbolos –para el cerebro no entrenado– el matemático se muestra extrovertido y hasta bromista con el auditorio. Y no es para menos, los números han formado siempre parte de su vida.
EJEMPLO EN CASA
Su padre, Michel, es matemático y escribió libros de análisis y geometría. El pequeño Helfgott tomó los borradores de esos escritos y se sintió fascinado con este mundo abstracto. Edith, su madre, puso también su parte: es estadística. Pero él confesó, tras su exposición, que no es necesario tener padres matemáticos para fascinarse con los números.
Al cumplir 13 años, en lugar de mataperrear, acudía a grupos de jóvenes que se reunían en las sedes de las universidades San Marcos y Católica con el fin de entrenarse para las olimpiadas matemáticas en el ámbito latinoamericano.
"Pronto se nos hizo claro que la competencia no era lo más importante. Lo importante era aprender juntos, pedir consejos a estudiantes con más experiencia, y conocer a jóvenes de otros países con los mismos intereses", recuerda.
Sentados en el auditorio, un grupo de jóvenes promesas de las matemáticas siguen con la mirada cada movimiento que hace al dibujar parábolas y círculos en el aire. Uno de ellos, Raúl Chávez, ganador de una medalla de oro en las Olimpiada Internacional de Matemática de 2011, reconoce la facilidad de Helfgott de dominar varias áreas de la matemática entre sí. Al otro lado del salón, Ángel Napa, ganador de medalla de plata en las olimpiadas rioplatenses, se confiesa admirador de Harald y resalta su capacidad de oratoria.
UNA CARRERA EXITOSA
A casi la misma edad de Napa, Helfgott culminaba la secundaria con un grado de bachillerato internacional y más tarde se haría merecedor de una beca en la Universidad Brandeis de Estados Unidos. Princeton lo acogería en 1998 y en 2003 saldría con doctorado en matemáticas. Desde 2010, radica en Francia, donde fue admitido en el Centre National de la Recherche Scientifique.
"...Y así es como demostré la Conjetura Débil de Goldbach", finaliza el investigador al mostrar una última diapositiva en la que se lee: "Todo número impar n> 7 es la suma de tres primos". El auditorio se pone de pie, aplaude y un par de invitados de las últimas filas despiertan dando un sobresalto. Luego, cuando el estruendo cesa, Harald Helfgott señala que en el Perú existen cientos de muchachos con su mismo potencial para los números a la espera de una oportunidad.
"La educación es un derecho de todos y se debe estimular a quienes se esfuerzan más. Me parece esencial que el Estado apoye esto con becas que permitan a estudiantes de todo el país alcanzar mejores competencias para contribuir al progreso nacional", expresó.
Cuando no expone sobre números, Helfgott luce tímido y hasta le cuesta sonreír cuando sus fanáticos le solicitan que pose con ellos para una foto, tras su presentación. El científico asegura que, como cualquier otro, disfruta de actividades relacionadas al ocio como ir al cine, leer poesía, oír música clásica, ir en bicicleta al trabajo, camino por el campo. Y aclara que no todo es matemáticas en su vida. "Sé bailar vals, pero quiero aprender tango", declara apurado antes de partir al Cusco ayer.
¿QUÉ ES LA CONJETURA DÉBIL DE GOLDBACH?
La Conjetura de Goldbach es un antiguo problema en la Teoría de Números que se pregunta si es posible expresar cualquier número par mayor que 2 como la suma de dos primos.
La también conocida Conjetura impar de Goldbach, el problema ternario de Goldbach, o el problema de los tres primos indica además si es posible que cualquier número impar mayor que 5 se puede expresar como la suma de tres primos.
Si la conjetura, relativa a la suma de dos primos, fuera cierta, entonces se deduciría la conjetura débil, porque si cualquier número par mayor que 2 fuera la suma de dos primos, simplemente sumando 3 a cada número par mayor que 2 produciría la descomposición como suma de tres primos para números impares mayores que 5.
Por: Renato Arana.